El ingeniero calculista que ha participado en proyectos de madera fuera de Chile, dijo ante un centenar de arquitectos e ingenieros en Concepción que las universidades y la industria “deben combinarse mejor” y replicar la asociatividad del acero, por ejemplo.
Según Juan Acevedo Kallens, ingeniero civil calculista de larga experiencia desarrollando proyectos en Chile, Argentina, México, Puerto Rico, entre otros países de la región, la industria maderera de nuestro país “necesita de la instalación de un círculo especializado que integren empresas y mundo académico, similar a lo que sucede con el acero y otros tipos de materiales”, y de esta manera –según dijo- incrementar la construcción con madera en Chile.
Esta afirmación del ingeniero de la Universidad de Santiago y diplomado en Madera, la hizo durante una presentación titulada “Diseño, fabricación y montaje de estructuras en madera laminada”, en el marco del curso “Cálculo Estructural en Madera”, que se realiza actualmente en la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), y que es organizada por la start up penquista EligeMadera SpA.
El experto sostuvo, además, durante el encuentro con un centenar de arquitectos e ingenieros, que en los últimos 30 años se ha visto un gran aumento de nivel en el consumo de la madera, debido a “proyectos emblemáticos”. “En el año 1991 se hizo una importante obra en el marco de la Expo Sevilla y partir ese hito se produjo un cambio importante en el consumo de madera laminada y madera aserrada”, dijo Juan Acevedo.
El experto destacó los proyectos que se han construido en viñedos, en los aeropuertos, “o sea, ha ido subiendo el consumo. No el que uno espera pero, finalmente se ha ido consumiendo cada vez un poquito más”. Citó como ejemplo lo que se está haciendo con madera aserrada en Chañaral, con edificios de 1,2 ,3 y de 4 pisos en plena construcción. “Son varios edificios en el país, entre 30 a 40, y donde se está utilizando distintos tipos de madera, tanto aserrada como laminada, incluso aquí en la zona del Biobío”.
Disociación y Beneficios
En opinión del ingeniero chileno, son las industrias las que finalmente crean. Y aquí planteó su crítica. “En esto, todos los actores están separados. Universidades. Empresas. Instituciones. No se juntan. Las universidades tienen el conocimiento. El problema radica en que hay una disociación entre la misma industria. Esa combinación tiene que afiatarse más para poder hacer proyectos reales y no llenarse de concursos que no sirven de nada”, enfatizó Acevedo.
Señaló además que “hay que convencer a las escuelas de arquitectos, ellos son nuestros principales comandantes, hay que detectar quien es nuestro cliente. El cliente de nosotros los ingenieros son los arquitectos, a ellos hay que entusiasmarlos, y hay que decirle con sólidos argumentos que es mentira que la madera se quema”, en relación a los incendios y los peligros.
Respecto a la situación en el Biobío, Acevedo indicó que sí hay una intención de articulación, pero leve. “Hay 2 universidades que lideran, pero hay unos pequeños roces, no sé si es una cuestión típica del sudamericano. El acero porque nos pega siempre, porque ellos tienen la capacidad intelectual de hacer una mesa redonda, de reunirse todos y hacer números proyectos de desarrollo. Aquí cuanto nos ha costado sacar un librito en madera, no hay un circulo de madera que diga esta cuestión la vamos a hacer así”, aseveró el experto.
“En concepción tengo una muy buena impresión, hay muy buena ingeniería, pero están un poco abandonados. Para que uno tire para arriba tiene que unirse, en lo académico y en industria, no sacan nada con existir 3 ó 4 industrias de madera laminada, entre 4 ó 5 industrias competentes, que cada una pueda hacer 300 ó 400 metros cúbicos, y mucho más que lo el mercado chileno pide”, indicó Acevedo.
Respecto a los beneficios de la construcción con madera, Acevedo lo explicó así: “al tener un árbol que crece entre 15 a 25 años, es una garantía enorme, además en el tiempo de crecimiento actúa como una aspiradora de contaminantes, y libera oxígeno al ambiente y el único combustible que necesita es el agua y el sol. Ese material que es la madera a diferencia del hormigón, es clave. No destruye el planeta ni requiere de combustibles fósiles para existir. Es más sustentable”.